Aún hoy, la recuerdo a diario.
Sus penetrantes ojos verdes, su olor, la forma de morderse los labios, sus contoneos: me atraían de una forma casi sobrenatural. Era hermosa. Mucho. Su belleza era tal, que casi daba miedo, parecía que de pronto se rompería y desaparecería para siempre. Aún así, su aspecto era la menor de sus virtudes. Tenía una personalidad sorprendente, arrolladora. Estaba seguro que dentro llevaba una vida repleta de momentos increíbles, y eso hacía que deseara conocerla más y más a cada segundo que pasábamos juntos. Tanto fue así, que a la noche de conocernos ya estaba en su cama. Pensareis que soy un chico fácil, para nada. Consiguió enamorarme y enloquecerme como nunca nadie antes lo había hecho. Era maravillosa. Una mujer de otra época. Sus labios dulces, jugosos, tiernos y a la vez fieros, eran la droga más fuerte que jamás había probado. Con cada caricia conseguía que se me erizase el vello de la nuca. Os juro que hubo momentos en los que el tiempo se paró. Las manecillas del reloj se quedaron quietas más de una vez para escuchar sus carcajadas de felicidad. Era increíble. Y nuestra relación también lo fue. No éramos novios, ni amigos, ni amantes. Sólo éramos Tom y su pequeña musa, como a mí me gustaba llamarla.
Después de su marcha no he vuelto a ser el mismo. Aquella mañana, al salir, me prometió que jamás me abandonaría. Y yo la creí. Pero ella, mi pequeña y alocada musa, aún no ha vuelto.
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- Semana ajetreada donde las haya. Con examen incluido. Pero hoy es SÁBADO. ¡Así que a disfrutarlo! :) Un besazo enorme.
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- Semana ajetreada donde las haya. Con examen incluido. Pero hoy es SÁBADO. ¡Así que a disfrutarlo! :) Un besazo enorme.